
Por qué lloras, mujer,
a quién buscas,
a quién esperas,
¿no es tiempo ya de alegría,
de poner fin a las esperas,
de recibir felicidad?
No lo esperes, no lo busques,
en verdad, no existe,
nunca estuvo,
pero sí tu presencia,
tu canto, tu amor...
Este es el gozo de tu vida.
No busques más
lo que ya te pertenece,
No esperes más,
lo que siempre está contigo.
Descúbrelo, recupéralo,
acógelo,
y sobre todo, compártelo.
Acaso no estás llena de amor,
acaso no estás
dispuesta a entregar
todo eso y más.
Deja partir el dolor y el daño,
ya pasó, ya no existe,
las heridas son para curar,
el pasado es para olvidar
y para ti solo existe un futuro,
pertinaz, juguetón
encantador.
porque la vida eres tú.
Sí, Dona del Castell,
Castelldelfels,
mirate desde tu montaña santa,
desde tu mar,
tu tierra, tu país,
orgullosa, fuerte.
Nadie más te hará llorar.
Saca tu espada protectora,
defiende otra vez el amor.
Y ríe, ríe, ríe siempre,
hasta sanarte los huesos,
hasta germinar tu vientre,
porque nunca estás solo,
porque tú eres magia,
encantamiento;
eres fuerza de la tierra,
del mar,
del universo.